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Los Reyes de León

Para los que aun creen que León no ha tenido su historia y su Reino.

Garcia I (910-914)

En el año 910 García I, hijo primogénito de Alfonso III El Magno, último que se intituló “Ovieto Rex”, estableció la capital en la ciudad de León, lo que dio nombre al Reino.

Los límites fronterizos del Reino de León eran el mar Cantábrico por el norte, el río Duero por el sur, la actual Navarra por el Este y el océano Atlántico por el Oeste. El rey García aprovechó las debilidades de los musulmanes para atacarles. Llegó hasta Toledo sin reconquistarla. Posteriormente intentó reconquistar La Rioja, pero aquí se sintió enfermo y se retiró a Zamora donde murió el 19 de enero de 915, habiendo reinado solamente tres años y un mes. Murió sin dejar descendencia, lo más destacado de su reinado fue seguir la política repobladora de su padre en las Riberas del Duero y del Miño.


Ordoño II (914-924)

A la muerte de García I, le sucedió en el trono de León, su hermano Ordoño II. Fue ungido Rey de León a mediados del año 914 en la capital leonesa.

Ordoño II fue un gran guerrero y lo demostró en sus numerosas correrías por territorio musulmán, llegando hasta Mérida y Sevilla. El año 916, el gran Califa Abd-Al-Rahman III, sorprendido por la osadía del rey leonés, preparó un gran ejército para destruir al reino cristiano. Los dos ejércitos se enfrentaron en San Esteban de Gormaz, provincia de Soria donde la victoria de Ordoño II fue total con innumerables muertos musulmanes según las crónicas medievales. El año 923 Ordoño ayudó a los navarros a reconquistar la ciudad de Nájera. Ordoño II mandó construir la primera catedral de León para lo que cedió su propio palacio, construido a su vez sobre unas termas romanas. Murió en el año 924, dejando cinco hijos y siendo enterrado en la catedral de León.


Fruela II (924-925)

A la muerte de Ordoño II le sucedió su hermano, Fruela II, tercer hijo de Alfonso III El Magno. Debido a su corto reinado, no tuvo tiempo de continuar la reconquista que tan brillantemente hicieron sus antecesores.

Los historiadores consideran a Fruela II, como un rey débil de carácter, al mismo tiempo que le desacreditan con hechos violentos, pero que en ningún caso han podido demostrar y que son ignorados por la mayor parte de los cronistas medievales.

Unificó el reino de Asturias al ser hermano de Ordoño y de García con lo que se volvió a la misma situación que durante el reinado de Alfonso III “El Magno”, sin embargo solo reinó un año con todo el territorio unificado.

A su fallecimietnto, los hijos de su hermano Ordoño II, reclamaron el trono contra el hijo legítimo de Fruela, de nombre Alonso. Estas luchas duran un año, con lo que existe, en cierta forma un vacío de poder A su muerte fue enterrado en la catedral de León. Fruela II dejó cinco hijos.


Alfonso Froilaz (925-926)


Algunos historiadores consideran que el primogénito de Fruela II sucedió a su padre, reinando entre los años 925 y 926 y siendo derrotado por Sancho Ordoñez, primogénito de Ordoño II, quien le obligó a huir de León y refugiarse en Asturias.


Sancho Ordoñez (926)

Tras destronar a Alfonso Froilaz, poco le duró la gloria a Sancho Ordoñez ya que fue destronado por su hermano Alfonso IV, teniendo Sancho que huir a Galicia donde vivió hasta su fallecimiento en 929.


Alfonso IV “El Monje” (925-931)

A pesar de que algunos historiadores consideran que los dos anteriormente nombrados sucedieron a Fruela II durante las disputas entre los hijos de éste y los de Ordoño I existe un documento en la Catedral de León, fechado en Abril de 927 en que se dice que Alfonso IV se encontraba en el segundo año de su reinado.

Como quiera que sea, AIfonso IV fue ungido rey de León pero la muerte de su esposa Oneca, hija del rey de Navarra, le hizo caer en una depresión tan profunda, que le impidió seguir reinando.

Llamó a su hermano Ramiro a quien entregó la corona y se retiró a un monasterio en Sahagún lo que motivó su apodo de "El Monje". Sin embargo, arrepentido, quiso recuperar la corona y se rebeló contra Ramiro quien le derrotó y lo encarceló. Posteriormente vivió recluido en el monasterio de San Julián de Reforco hasta su muerte ocurrida dos años después, en 933, siendo enterrado allí mismo. Dejó un hijo, el futuro Ordoño IV.


Ramiro II “El Grande” (931-951)

Fue ungido rey de León el 6 de noviembre de 931, siendo uno de los más grandes reyes leoneses. Sus batallas contra los musulmanes se cuentan por victorias. Jamás fue derrotado. Atacó victoriosamente Madrid el año 932, Osma el año 933, Zaragoza el 937 y Pamplona el 939. Pero la gran victoria fue la batalla de Simancas con muchas decenas de miles de muertos musulmanes. Un historiador musulmán habla de 50.000 muertos, mientras Sampiro, el más importante historiador cristiano de la época, habla de más de 80.000 musulmanes muertos, cifra terrible para ese tiempo

Para muchos historiadores la victoria de Simancas puedo haber sido el final de la Reconquista, si no hubieran surgido traiciones de algunos "nobles" castellanos encabezados por el conde Fernán González

Rey de mano dura y de recto gobierno, no le tembló el pulso a la hora de llevar con disciplina las labores de gobernante. En su labor reconquistadora, hay que destacar que llegó incluso hasta Talavera de la Reina, reconquistándola para el reino de León. Murió el 31 de enero de 951 siendo enterrado en la Iglesia de San Salvador de Palat de Rey, construida por él. Dejó cuatro hijos.


Ordoño III (951-956)

A Ramiro II le sucedió en el trono de León, su hijo Ordoño III que fue ungido en León a los 26 años. Al comienzo de su reinado Castilla no solamente se sublevó contra León, sino que hizo un pacto con Navarra para destronar a Ordoño III y destruir al Reino. El Monarca leonés, con la ayuda del fiel Conde de Monzón Fernando Ansúrez, derrotó a las tropas castellanas y navarras y reinició la reconquista, logrando una gran victoria ante los musulmanes en junio de 955. Cuando estaba preparando una nueva incursión militar le sobrevino la muerte de forma natural en Zamora en septiembre de 956, dejando un hijo. Fue enterrado en la Iglesia de Palat de Rey junto a su padre.


Sancho I “El Craso” (956-958 y 960-966)

A Ordoño III le sucedió en el trono de León su hermanastro Sancho I, hijo de Ramiro II. La coronación tuvo lugar en 956 en Santiago. Según los cronistas de la época, Sancho I era orgulloso y prepotente. Físicamente era tan gordo que no podía montar a caballo y apenas si podía andar. El pueblo se mofaba de él y empezó a llamarle "el gordo".

Su orgullo le llevó a enfrentarse a los nobles leoneses, quienes con la ayuda del conde castellano Fernán González, le obligaron a huir de León y refugiarse en Navarra bajo la protección de su abuela, la Reina Toda. Ésta lo primero que hizo fue enviarle a Córdoba para que los médicos de su primo el Califa Abd al-Rahmán (las madres de ambos eran hijas de la reina Toda) le curasen de su gordura. Una vez curado, regresó a León, recuperando el trono con la ayuda de fuerzas Navarras y Musulmanas. A mediados de Noviembre de 966, Sancho I murió en Portugal al comer una manzana envenenada. Dejó un hijo y fue enterrado en Palat de Rey junto a su padre y su hermano.


Ordoño IV “El Malo” o “El Jorobado” (958-960)

Después de la huída de Sancho I, los nobles coronaron como rey de León a Ordoño IV, hijo de Alfonso IV. Si desgraciado fue el padre, tanto o más lo fue el hijo que ha pasado a la historia como el "malo" y el "jorobado" por sus defectos físicos, por cobarde y perverso.

Fue coronado Rey en la catedral de Santiago en presencia del Conde Fernán González, que le dió por esposa a su hija Urraca, viuda de Ordoño III. Ante la llegada de Sancho I a León, Ordoño IV se vió obligado a refugiarse en Burgos con su mujer y sus dos hijos. Su suegro, Fernán González, en vez de ayudarle, le quita la mujer y los hijos y lo entregó a los musulmanes, demostrando una falta de ética deplorable. Los musulmanes le recibieron muy cordialmente, pero al ver la inutilidad del personaje se olvidaron de él, muriendo en el más completo abandono en 962.


Ramiro III (966-985)

A Sancho I le sucedió en el trono de León su hijo Ramiro III, que sólo tenía 5 años, se sabe que en diciembre de 966 ya reinaba en León. Debido a la edad del Rey, fue nombrada regente su tía Doña Elvira, hermana de su padre, que tuvo que abandonar la vida monacal para ocuparse de la regencia. No era fácil en la Edad Media que una mujer y un niño se hicieran obedecer por los nobles, sin embargo, la prudencia y la sabiduría de la regente fueron dotes suficientes para defender los intereses del Reino.

En la época de Ramiro III comienzan las épicas batallas contra Almanzor, que quiso conquistar la ciudad de León, pero la brava resistencia de los leoneses le hizo desistir. Una fuerte rebelión de gallegos y portugueses, partidarios de su primo Bermudo II, que había sido coronado rey en Compostela, provocó la caída de Ramiro III, que huyó a Astorga donde murió el 26 de mayo de 985 a los 23 años, dejando un hijo. Fue enterrado en el Monasterio de San Miguel, en Destriana, muy cerca de Astorga.


Bermudo II “El Gotoso” (985-999)

Tras la derrota de Ramiro III, su primo Bermudo II, hijo de Ordoño III,es proclamado Rey de León.

Bermudo II se vió impotente para hacer frente a un enemigo tan poderoso como Almanzor y la capital del Reino, que había sido el terror de los musulmanes durante siglos, fue invadida, saqueada y prácticamente destruida para vergüenza propia. Era el resultado de las ambiciones y egoísmos de muchos mal llamados "nobles" gallegos, castellanos y hasta leoneses

Bermudo padecía de gota, una enfermedad que se fue agravando hasta ocasionarle la muerte, ocurrida el 4 de septiembre de 999 en Villabuena del Bierzo. Sus restos reposan en San Isidoro de León. Dejó dos hijos.


Alfonso V “El Noble” o “El de los Buenos Fueros” (999-1028)

A la muerte de Bermudo II le sucedió en el trono su hijo Alfonso V, que era un niño de sólo 5 años. Fue ungido rey el 11 de octubre de 999 en León. Por la corta edad del Rey, fue nombrado regente el conde gallego, Menendo González después de muchas vicisitudes, especialmente con los castellanos, recuperada la normalidad, Alfonso V se dedica a la reconstrucción y reorganización del Reino.

Fue el primer monarca en convocar el Concilium Regis, es decir las Cortes del Reino de León que serían todo un referente posterior para los siguientes reinos. De estas cortes salieron las posteriores normas o fueros del Reino de León.

El primero de dichos fueros, el Fuero de León, elaborado en una asamblea y considerado el más importante de la Reconquista, fue otorgado en 1017 a la ciudad de León y confirmado y ampliado en el año 1020 y sirvió de modelo para los posteriores fueros del Corpus Jurídico Legionense.

Alfonso V, murió en el Cerco a Viseu, el 5 de mayo de 1028. Dejó dos hijos.


Bermudo III (1028-1037)

A la muerte de Alfonso V, le sucede su hijo Bermudo III, con sólo 11 años de edad. Fue nombrada regente su madrastra, doña Urraca, hermana del Rey de Navarra, Sancho III el Mayor. A la muerte del Conde de Castilla, el Rey navarro se hace nombrar Conde de Castilla, haciendo valer los derechos de su mujer, Dª Mayor, hermana del conde y lo primero que hace es anexionar las tierras leonesas comprendidas entre los ríos Cea y Pisuerga.

En el año 1032, Bermudo se declara mayor de edad y la primera decisión que toma es liberarse de toda la camarilla que gobierna el Reino, incluida su madrastra. Acto seguido se enfrenta a Sancho de Navarra, obligándole a retroceder hasta el río Pisuerga y recuperando todo el territorio leonés, Bermudo III murió en la batalla de Tamarón, provocada por su cuñado el Conde de Castilla, Fernando. Bermudo III había sido un gran rey.


Sancha I y Fernando I (1037-1065)

Tras la muerte de Bermudo III sin descendencia, la heredera del Reino de León era su hermana Sancha, casada con el ambicioso conde de Castilla, Fernando. En aquella época, era prácticamente impensable que una mujer fuese la reina coronada por lo que Fernando se apresura a acudir a León para reclamar el trono en nombre de su esposa. Sin embargo, los leoneses, que ya estaban molestos con su padre Sancho el Mayor de Navarra e irritados con el pretendiente por la muerte del rey Bermudo tardaron ocho meses en dejarle entrar en la ciudad donde finalmente fue ungido en la Catedral el 22 de junio de 1038. Fernando tardó quince años en ser admitido por los leoneses y solo lo consiguió gracias a su esposa la reina Sancha que era muy querida y respetada.
Aparte de una importante labor de reconquista, Sancha y Fernando tuvieron dos actuaciones que, por si solas, hubieran sido razón suficiente para que pasaran a la historia leonesa.

La primera de ellas fue la convocatoria del Concilio de Coyanza en 1055 en el que, además de ratificar El Fuero de León otorgado por Alfonso V se tomaron importantes resoluciones tanto religiosas como civiles.

La segunda fue la construcción de la Basílica de San Isidoro, aneja al Palacio Real y ejecutada sobre la Iglesia de San Juan Bautista construida por Alfonso V, padre de la reina Sancha. En dicha basílica se construyó además el Panteón Real al que Fernando hizo incluso trasladar a su propio padre.

En su actividad militar, Fernando conquistó Viseu y atacó los Reinos de Toledo y Sevilla obteniendo grandes beneficios en los tratados firmados con sus reyes de taifas.

Mientras atacaba el Reino de Valencia, y tras varias victorias iniciales, se sintió mal y regresó a León donde falleció el 27 de diciembre de 1065. Tenía entonces 72 años y dejaba 5 hijos entre los que repartíó su propia herencia y la de su mujer del siguiente modo:

A su hija mayor Urraca, le dejó la ciudad de Zamora y las rentas de diversos monasterios.
A su hijo mayor Sancho le dejó el condado de Castilla elevado a la categoría de reino.
A su segundo hijo, Alfonso, le dejó el Reino de León que llevaba aparejada la dignidad imperial.
A su tercer hijo García, le dejó Galicia, también con el título de rey y
A su hija pequeña Elvira, le dejó la ciudad de Toro y las rentas de diversos monasterios.


Alfonso VI (1065-1072 y 1072-1109)

Al fallecimiento de su padre, y siguiendo su testamento, Alfonso VI fue proclamado Rey de León, pero Sancho, que ambicionaba el trono leonés por su mayor importancia al llevar aparejada la dignidad imperial, esperó al fallecimiento de su madre, momento que aprovechó para iniciar la guerra contra sus hermanos.

Convenció a Alfonso para marchar los dos contra García a quien apresaron, proclamándose ambos reyes de Galicia y, una vez conseguido Galicia, hizo la guerra a Alfonso.

En julio de 1071 se enfrentaron en Golpejar, junto a Carrión de los Condes, donde Alfonso derrotó a Sancho y, aunque habían convenido que el vencedor sería el rey de todo el territorio de León y de Castilla, Sancho no respetó su palabra y valiéndose de que su hermano no había querido perseguirle y ensañarse con él, le atacó por la noche, mientras los leoneses celebraban su victoria, haciendo prisionero a Alfonso que fue conducido a Burgos.

Ante el temor de que Sancho condenara a muerte a Alfonso, Urraca, señora de Zamora intercedió por él y Sancho accedió a dejarlo libre a condición de que se hiciera monje en el Monasterio de Sahagún. Alfonso aprovechó la oportunidad para huir a Toledo, cuyo rey, Al-Mamún, era vasallo de León y que le recibió con todos los honores.

La muerte de Sancho durante su asedio a Zamora, es rápidamente comunicada a Alfonso en su exilio toledano. Alfonso se dirige rápidamente a Zamora donde es recibido con grandes muestras de alegría y donde, nuevamente, es coronado Rey de León, dirigiéndose luego a Burgos donde es coronado Rey de Castilla.

Unificado el reino, Alfonso reinicia la labor reconquistadora y tras la muerte de Al-Mamún, entró triunfalmente en Toledo, la capital imperial visigoda, sin apenas encontrar resistencia. Era el 25 de Mayo de 1085 y, a partir de ese momento, Alfonso comienza a intitularse “Imperator Totius Hispaniae”.

Alfonso VI se casó en cinco ocasiones y tuvo, por lo menos, dos concubinas y tuvo 9 hijas y un hijo de los que solo le sobrevivieron dos, la futura reina Urraca y la infanta Sancha.

Es paradójico que un rey tan leonés como Alfonso VI, que hasta la conquista de Toledo solo usó el título de Rey de León, enviara a su ayo, Pedro Ánsurez a fundar la ciudad de Valladolid, a fin de proteger la frontera del Duero.

Alfonso VI murió el 30 de junio de 1109 a los 72 años y está enterrado en Sahagún junto con varias de sus esposas.

Sancho II (1072)

El usurpador Sancho I de Castilla, tras hacer prisionero a su hermano Alfonso VI de León, se proclama rey de León el 10 de enero de 1.072, reuniendo así todos los territorios sobre los que reinaron sus padres, excepto la ciudad de Zamora.

Existe constancia documental de que en varias ocasiones, tras la unificación del reino, firmó documentos en los que únicamente se identificaba como Rey de León, suponemos que motivado por el hecho de que Sancho siempre ambicionó la corona leonesa ya que ésta llevaba aparejada la dignidad imperial.

Como su hermana Urraca no le entregó la ciudad de Zamora, le atacó y sitió la ciudad siendo muerto por el heróico caballero Vellido Dolfos el 7 de Octubre de 1072. Al morir sin descendencia su hermano Alfonso VI de León heredó el reino de Castilla reunificando, así, todo el territorio sobre el que habían reinado sus padres.


Urraca I (1109-1126)

A la muerte de Alfonso VI sin descendencia masculina, hereda el trono de León su hija Urraca que fue coronada en Toledo.

En un mundo de predominio masculino, en el que la condición femenina frecuentemente estaba lastrada por el tópico de la debilidad y la dependencia del hombre, llaman la atención la habilidad, el carácter y la determinación de Doña Urraca, que manejó a la perfección la situación creada tras la muerte de su padre.

Tal y como relata el anónimo cronista de Sahagún, trataron de eclipsar su reinado, que salpicaron de connotaciones negativas para enturbiar la imagen de esta mujer a la que estudios posteriores han reconocido su condición de primera reina titular de la historia de España.

Uno de sus primeros actos como Reina fue confirmar los Fueros otorgados por su bisabuelo Alfonso V. Su reinado estuvo marcado por las luchas con su segundo marido, Alfonso I “El Batallador” de Aragón, matrimonio que fue anulado por el papa por el parentesco de los contrayentes, anulación que no impidió los reiterados intentos del aragonés por hacerse con el dominio del Reino de León.

Muere el 8 de marzo de 1126 en Saldaña la a la edad de 44 años, dejando dos hijos de su primer matrimonio con Raimundo de Borgoña, el futuro Alfonso VII y la Infanta Sancha, Está enterrada en la Catedral de Palencia.


Alfonso VII “El Emperador” (1126-1157)

A la muerte de Urraca I, sube al trono de León su hijo Alfonso VII Raimundez que ya había sido coronado rey de Galicia en vida de su madre.

Alfonso VII fue ungido Rey de León el 10 de Marzo de 1126 asistiendo a la unción, entre otros, el Arzobispo de Santiago, Gelmírez.

Los inicios del reinado de Alfonso VII fueron complicados por las ambiciones de Alfonso I El Batallador de Aragón que había estado casado en segundas nupcias con su madre, y por las traiciones de algunos nobles castellanos que se declararon partidarios de su padrastro. Sin embargo, y a pesar de su juventud, Alfonso VII reunió un gran ejército dispuesto a defender su reino frente a las pretensiones del aragonés y al final firmaron la “Paz de Támara”.

Tanto Alfonso VI como Urraca I ostentaron el título de “Imperator totius Hispaniae” pero solo Alfonso VII fue coronado como tal en la Catedral de Santa María de Regla de León, el 26 de Mayo de 1135.

Entre quienes juraron vasallaje a Alfonso VII se encontraba García Ramírez y su hijo Sancho Garcés VI el Sabio, Reyes de Navarra; Zafadola, reyezuelo árabe de Rueda (lugar situado hacia el Ebro); Ramiro II “el Monje” Rey de Aragón; Abengania, caudillo almorávide; Abenfandi, caudillo cordobés;Alfonso Enríquez, primer rey de Portugal; Ramón Berenguer IV, conde Barcelona y príncipe de Aragón; Alfonso Jordán, conde de Tolosa en el Languedoc; Guillermo de Montepesulano, conde de Monptelliery, en palabras del cronista “Todos los notables que habitaban a Gascuña y todo el territorio hasta el río Ródano… Muchos hijos de los condes franceses, de los duques y de los nobles y muchos de Poitiers”.

Alfonso VII reconquistó Coria, Baeza, Almería, Jaén, Guadix, Andujar, etc., aunque no fue capaz de retener todas sus conquistas.

En 1157, cuando regresaba victorioso de Almería murió el Emperador siendo enterrado en Toledo.

De su matrimonio con Berenguela de Barcelona tuvo dos hijos, Sancho a quien legó Castilla y Fernando a quien dejó León.


Fernando II (1157-1188)

Al fallecimiento de su padre recibió el Reino de León que estaba formado por lo que hoy conocemos como Galicia, Asturias y el Reino de León, apresurándose a tomar posesión del trono leonés.

Las buenas relaciones entre los hermanos duraron poco tiempo ya que Sancho invadió tierras leonesas, cosa que Fernando trata de impedir. Finalmente firman la Paz de Sahagún el 23 de Agosto de 1158.

También Portugal trató de ensanchar sus dominios a costa del Reino de León y se produjo la guerra cuya paz llegó mediante el compromiso de matrimonio entre el Rey y la infanta Urraca de Portugal.

Pacificadas las fronteras castellana y portuguesa, Fernando II se dedicó a fortalecer las principales ciudades fronterizas de su reino, repoblando Ciudad Rodrigo, Ledesma, Benavente, Mayorga, Mansilla, Villalpando, Coyanza y otros.

También instituyó la Orden de Caballeros de Santiago a fin de combatir con eficacia a los musulmanes y les concedió castillos, tierras y grandes privilegios.

Fernando II falleció en Benavente el 22 de enero de 1188.

De su matrimonio con Urraca de Portugal tuvo un hijo, su heredero Alfonso. De su tercer matrimonio con Urraca de Castilla tuvo varios hijos. Urraca trató de que su hijo mayor, Sancho, heredara León tras hacer desaparecer al heredero legítimo pero, al no conseguirlo, huyó a Castilla, arrebatando tierras y castillos leoneses que tuvieron que ser recuperados por Alfonso tras duras batallas.


Alfonso VIII (conocido como IX) (1188-1230)

Lo primero que hay que decir de este rey es que, aunque conocido como Alfonso IX (debido a una mala datación de los reyes leoneses y de los castellanos en el siglo XIX) su numeral es VIII ya que el anterior Alfonso en el trono leonés fue su abuelo Alfonso VII El Emperador.

Alfonso VIII de León, nacido en Zamora el 15 de agosto de 1171, asciende al trono de León antes de cumplir los 17 años, encontrándose con las maquinaciones de su madrastra para quitarle el trono, los reyes de Portugal y Castilla dispuestos a aumentar sus territorios a costa de León y las arcas regias vacías por las muchas donaciones que su padre había hecho, especialmente a las Órdenes Militares.

Esta situación motivó la convocatoria de una Curia Regia en la que, por primera vez en la Historia de Europa, asisten, además de la nobleza y el clero, ciudadanos en representación de las villas y ciudades del reino. Son las famosas Cortes Democráticas de 1188 que se reunieron en San Isidoro de León.

En dicha Curia Regia, además de ampliar el Fuero de León otorgado por Alfonso V en 1017, se promulgaron otras leyes para proteger a los ciudadanos y a sus bienes de los abusos de poder de los nobles, del clero y del propio Rey. Todo este conjunto de leyes se conoce con el nombre de “Carta Magna Leonesa” y es el origen de un nuevo marco político en toda Europa. Alemania fundó sus Cortes en 1232, Inglaterra en 1265 y Francia en 1302. El resto de reinos peninsulares también establecieron sus Cortes a semejanza de las leonesas.

Otro de los grandes hechos de su reinado fue la fundación de la Universidad de Salamanca. El Diploma Fundacional de 1218 creaba un Estudio Superior que fue elevado a la categoría de Universidad por su nieto Alfonso El Sabio en 1254, siendo equiparada por el Papa Alejandro VI a las tres Universidades europeas más importantes: Oxford, París y Bolonia.

Alfonso VIII fue el último Rey privativo de León. A su fallecimiento, el 24 de septiembre de 1230 en Sarriá dejaba dos hijas de su matrimonio con Dª Teresa de Portugal a quienes declaró herederas del trono y un hijo de su matrimonio con Berenguela de Castilla, Fernando.

Fernando III, contraviniendo el testamento de su padre, llega a un acuerdo con sus hermanas que le ceden el trono e ingresan, junto con su madre, Dª Teresa, en un convento.

Las piedras que componen esta fuente ubicada en el Barrio de Santa Ana, representan a los Reyes de León, cada una representa a un rey.


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